Teresa Aranguren. La intifada
La
española Teresa Aranguren es una periodista que ha dado voz y testimonio de los
acontecimientos de los conflictos de en el Medio Oriente. Es simpatizante de
los movimientos de izquierda y se encuentra dentro del activismo político.
En esta ocasión les compartimos un
cuento que lleva por nombre Humillación sacado de su libro Olivo roto, escenas
de la ocupación.
HUMILLACIÓN
QUE
NO LO HAGA, QUE NO LO HAGA, me lo estoy gritando por dentro pero no estoy muy
segura de no haberlo dicho en alto, QUE NO LO HAGA, QUE NO LO HAGA…
Ya se ha quitado la camisa, está en
camiseta y se le nota que tiene barriga, ahora ha empezado a desabrocharse el
cinturón, se va a quedar en calzoncillos ahí en medio, que no lo haga, por
favor que no lo haga, siento la presión de la mano de mi madre en mi mano, me
está haciendo daño, pero yo no la miro porque sé que ella tampoco me mira, no
quiero que me mire, no quiero que nadie me mire, mi padre está en camiseta y
calzoncillos, se le han quedado los pantalones enrollados en los tobillos y se
está agachando a recogerlos, el soldado le está diciendo algo que no llego a entender
porque hace mucho viento y el aire se ha llevado todos los sonidos, que se
calle el viento, que se calle, que se calle este silencio, mi padre se está
quitando los zapatos y el soldado sigue gritándole cosas y nadie hace nada,
todos estamos aquí quietos en fila y mi padre ya se ha quedado descalzo, está
en calzoncillos, con los brazos abiertos en cruz, tan solo ahí en medio que da
mucha pena, y ahora el soldado se le acerca apuntándole con el fusil y yo tengo
un pensamiento horrible porque pienso que me gustaría que mi padre se lanzase
contra el soldado en vez de estar ahí quieto, con la cabeza gacha y la barriga
al aire y las piernas que se le ven tan delgaditas así desnudas, preferiría que
se lanzase contra el soldado pese a que sé que el soldado le dispararía, pero
yo sigo prefiriendo que lo haga y no sé si soy yo sola la que lo piensa o si
también mi madre, que me está clavando las uñas en la mano y no se da cuenta de
que me hace daño, querría que se lance contra el soldado, y si la gente que
está tan quieta detrás de nosotros también lo piensa, pero seguramente no
porque es un pensamiento horrible. El soldado ha cogido a mi padre de un brazo,
se lo lleva hacia la caseta y otro soldado se acerca a la ropa que ha dejado mi padre y se queda mirando el
montoncito, sin agacharse, como si estuviera mirando un bicho o un animal
muerto, quizá debería mirar a mi madre porque me parece que está llorando, lo
noto a través de la mano que se ha aflojado un poco y le tiembla, pero no
quiero mirarla, quizá ella tampoco quiere que la mire, no sé si ya no debería
mirar a nadie…
¿Qué estará haciendo Karim?, sé que
está ahí detrás, lo he visto llegar con su abuelo cuando estábamos en la cola,
seguro que está pensando en su hermano, en el día que lo mataron en este
control, Basma dice que desde entonces Karim anda pensando en convertirse en saheed, se echa a llorar cuando me lo
cuenta, dice que está muy raro, que apenas habla con sus padres ni con ella y
que se está juntando con gente muy peligrosa, dice que su padre está muy
preocupado, que a veces se le queda mirando y se pone a hablarle de cosas de
los estudios y de cuando vaya a la universidad, pero que él contesta con
evasivas y se le ve incómodo, Basma cree que Karim no va a esperar a ir a la
universidad, que se va inmolar antes en algún control y que su padre también lo
piensa porque a veces cuando le mira se le llenan los ojos de lágrimas.
No quiero que Karim mate a nadie
porque si mata a alguien le matarán a él y no quiero que muera, quiero que sea
mi novio y casarme con él… KARIM, KARIM, KARIM, QUIERO A KARIM, creo que mis
amigas lo saben aunque yo no se lo he dicho nunca, me da vergüenza que se me note
tanto, ponerme tan nerviosa que nunca se me ocurre nada que decir cuando le veo
y Basma se me queda mirando con una media sonrisa cuando llega con él, que
parece que me está diciendo: ya sé que te gusta mi hermano pero no creas que se
va a fijar en ti, él está en otras cosas…, además Karim es musulmán y nosotros
somos cristianos, las cristianas no se casan con musulmanes y las musulmanas no
se casan con cristianos, pero no siempre es así, la tía Aída se casó con el tío
Farid que es musulmán y no pasa nada, mi padre se lleva muy bien con Farid y no
ha dejado de quererle igual a su hermana y de ir a su casa, que por eso estamos
aquí, en este maldito control, nos estarán esperando con la comida preparada,
pensarán que no hemos podido pasar, si supieran lo que está pasando… Si vuelvo
la cabeza podría verle pero no sé si quiero verle, no sé si quiero que me mire
ahora, estará mirando a mi padre, o quizá no, quizás esté mirando al suelo para
no ver, seguro que tiene los ojos clavados en el suelo y estará pensado que
debíamos hacer algo, un día le oí decir que nos comportábamos como corderos,
fue el día que vino a buscarnos al colegio porque acababan de anunciar toque de
queda, íbamos a toda prisa caminando uno detrás del otro pegados a las casas y
entonces dijo lo de los corderos y que él no iba a ser más un cordero, luego,
después de dejar a Basma en su casa, me acompañó hasta la mía, no hablamos nada
porque casi íbamos corriendo pero cuando me dejó en la puerta me dijo:
̶ Saluda a tus padres y no te asomes
a ningún balcón.
̶ ¿Por qué? ̶ le pregunté como una tonta.
̶ Porque no quiero que te maten ̶ dijo y se fue corriendo.
Me gusta recordar esa frase, me
parece que es como una declaración de amor, aunque quizás no lo dijo por nada
especial sino porque es peligroso asomarse al balcón cuando hay toque de queda.
Karim es ya un hombre, se preocupa por sus hermanos y por todos. Cuando cumpla
unos años más me casaré con él y así no irá a que le mate, por favor dios que
no maten a Karim…
Mamá está llorando, me ha soltado la
mano para secarse las lágrimas, si la miro se frotará los ojos como si se le
hubiera metido una motita de polvo, sé que sabe que me he dado cuenta de que
está llorando pero prefiere que haga como que no lo he notado, porque si la miro
y ve que la veo llorar tendrá que abrazarme y decir que no pasa nada, que es
que se le ha metido algo en el ojo, porque no quiere decirme que llora por
papá, aunque sabe que ya lo sé, que llora por verle ahí desnudo delante de
todos y a lo mejor ella también ha tenido ese pensamiento horrible y ha querido
que papá se lanzase contra el soldado y por eso está llorando, por haber
pensado en eso, que es lo peor que se puede pensar, peor que que lo maten es
haber pensado que sería mejor que lo maten, es como querer que maten a papá, no
quiero que maten a papá, que no maten a
Karim…
Han salido de la caseta y le están
llevando otra vez a la carretera, casi
no se le ve entre los dos soldados que abultan mucho con los cascos y todo lo
que llevan en el hombro, veo los pies descalzos de mi padre entre las botas de
los soldados, le deben de estar haciendo daño las piedras del suelo, ya casi
han llegado hasta donde está la ropa, le han soltado y ahora sí que puedo
verle, dios que no le hagan quitarse los calzoncillos, que no se le caigan, que
es lo único que lleva, que pueda llegar hasta su ropa… Los soldados se han
quedado parados apuntándole con sus fusiles, mi padre ha cogido los pantalones,
se los está poniendo, tiene que dar saltitos con una pierna en el aire para no
caerse, uno de los soldados le está diciendo algo y él también ha dicho algo porque
ha levantado un poco la cabeza, ya tiene los pantalones puestos, está mirando a
los soldados mientas se abrocha la bragueta y ahora lo que tengo es miedo de
que les diga algo que les haga enfadar, lo mismo le hacen desnudarse otra vez o
le disparan, papá no digas nada, ahora ya tienes los pantalones puestos, ya no
importa, no pasa nada, ya iremos otro día a casa de los tíos o sino ya vendrán
ellos a Belén a vernos, no pasa nada papá, ya tienes los pantalones puestos, no
pienses en nada, no importa, nada importa.
Los soldados le están gritando, me
parece que le están metiendo prisa pero él no hace caso, se está vistiendo muy
despacio, mejor así, no les hagas caso papá, hazlo despacio papá, no les mires
papá, no pasa nada papá, pobre papá…
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